martes, 8 de mayo de 2007

Características de la investigación biopedagógica

Pedagogía desde el corazón

Humberto ALMEIDA
Rosanna CHACÍN
Carmen Teresa FLORES
Mariella URBANO

13 de marzo de 2007


En algún momento de la evolución, los organismos unicelulares tomaron la decisión de interactuar y comenzaron a asociarse dinámicamente, lo que condujo a la conformación de organismos de mayor complejidad, manifestada ésta mediante la pluralidad y diversidad de funciones cumplidas en relación a sus procesos de interacción con el entorno, quizás, meramente, con la finalidad de subsistir. Pasados los años, tal vez millones de años, estos organismos complejos empezaron a vincularse entre sí y se conformaron en sistemas biológicos complejos, asociados en forma de redes relacionales. No en balde la autoorganización y la interdependencia permitieron la sustentabilidad de estos organismos complejos, desde un inicio, a lo largo del tiempo.

Los seres vivos, en cuanto organismos complejos, han desarrollado, con base en una continua interacción con otros seres vivos, procesos cada vez más complejos que han implicado la adaptación, asimilación o cualquier otro proceso asociado a lo que hoy en día concebimos como aprendizaje. Todo ser vivo aprende y esto es un proceso intrínseco a la naturaleza del ser. Dicho de otro modo, el aprendizaje es inherente a todo ser vivo y está vinculado al proceso de cognición, también inherente a los seres vivos.

Siendo la cognición un fenómeno que permite la aprehensión de experiencias que nos ayudan a incorporar diversos o nuevos aprendizajes, ésta se convierte en condición necesaria para transformar las actividades o estrategias que favorecen dicho aprendizaje. La pedagogía, en cuanto estrategia de facilitación del aprendizaje, requiere reconocer la naturaleza sistémica de los organismos que participan en los procesos de aprendizaje; en palabras de Varela (2000), implica asumir los espacios de aprendizaje como nichos vitales, en los que maestros, maestras y aprendientes crean, realizan y validan en la convivencia, un modo particular de convivir.

Para promover el aprendizaje, se requiere reencantar, seducir, complejizar y re-crear la educación, la escuela, la pedagogía y a los actores involucrados en este proceso. Para ello, es imperativo concebir al aprendiente como un ser que reconozca al otro como legítimo otro y que la interacción maestro – aprendiente se fundamente en el amor, en el respeto y en la transformación en la convivencia (Maturana, 2002). Es a través de estas concepciones que se evidencia nuevamente que la autoorganización y la interdependencia propician la sustentabilidad del aprendizaje como proceso vital permanente y pueden potenciar la creación de un sistema educativo necesariamente autopoiético.

Nuestra declaración vital

Queremos un mundo diferente, con cambios de actitud en el sentir, pensar y actuar de las personas, donde el intercambio de ideas, la expresión genuina de emociones y los conocimientos actualizados, permitan la construcción de un planeta sustentable, con capacidad para nuestro desarrollo presente y el de las futuras generaciones.

Queremos un universo donde la ecología profunda prevalezca sobre la superficial, que ya no sea el ser humano el centro del universo, sino él con todo lo que lo rodea, donde el mundo no sea, grupos de entes aislados, sino una red de fenómenos interrelacionados.

Queremos ver, escuchar, percibir, oler y degustar a nuestros semejantes, como verdaderos hijos de Dios, co-creadores de este orbe maravilloso que nos rodea; que perciban la vitalidad de nuestra tierra y la de los otros seres que conforman el universo, con equidad y respeto.

Queremos respirar un cosmos limpio, agradable, no solo desde la conservación de los recursos naturales, sino también desde la limpieza personal que cada ser vivo haga de sus emociones, creencias, angustias, miedos, odios, rencores, resentimientos y temores.

Queremos un mundo sin fronteras, desde una educación holista y ecológica, con un nuevo marco global, de intercambio y desarrollo entre países de un solo mundo, en donde la práctica de la convivencia sea un compartir de la cotidianidad real y sentida: Una verdadera red humana y que cada hebra de esa red repercuta positivamente en los otros.

Queremos una nueva pedagogía universal centrada en el corazón y que, desde él, irradien muchos haces de luz, armonía, inteligencia, ecoestima, sabiduría y paz; y que esta nueva pedagogía sea la que oriente a las personas para la construcción de ese mundo que todos necesitamos.

Queremos que esta pedagogía pueda reunir los diferentes aspectos del proceso educativo, en el cual se formen los profesionales que requieren los países para su desarrollo social e industrial.

Queremos que se eduque a las personas en el manejo adecuado de sus emociones, con el permiso, la libertad y la calificación para mostrar las emociones auténticas.

Queremos que se creen espacios de aprendizaje sin control, con una pedagogía libre, sin tiempos predeterminados y en ambientes abiertos y de expansión, centrada en los aprendientes.

Queremos educar también para la salud, la vitalidad, la vida plena, agradable… para la inmortalidad.

Queremos una escuela centrada en el respeto y la libertad, en donde equivocarse sea una oportunidad para aprender desde la experiencia, y en la que se propicie y legitime, en el aprendiente, la reflexión de ese aprendizaje y la extrapolación del mismo a otros contextos.

Queremos una escuela que se constituya como un “nicho vital” centrado en la convivencia e interactividad cognitiva, desde la tolerancia y la aceptación del otro como legítimo otro, respetando sus necesidades, intereses, ritmos y tiempos.

Queremos un maestro que valore y aprecie las diferencias y las diferentes expresiones del emocionar y que esta diversidad se constituya en foco de aprendizaje para que, de manera resonante podamos experienciar la empatía y validar todas las expresiones de emoción, sin producirse hostilidad.

Queremos que las instituciones educativas se transformen sobre la base de un proceso concebido en la convivencia que permita el libre intercambio y consensualidad entre los maestros, maestras, profesoras, profesores, aprendientes y su entorno social y comunitario, a fin de promover el aprendizaje-para-la-vida y durante-toda-la-vida, sin distinción de cualquier división artificial predeterminada (género, edad, credo, raza y estrato económico).

Queremos un proceso educativo amplio e inclusivo que promueva la consolidación de un verdadero sistema dinámicamente interactivo, que considere las necesidades y particularidades del desarrollo colectivo, en las diferentes regiones de nuestro país.

Queremos un planeta en el cual la biodiversidad, no sea un anhelo de pocos, sino una realidad vivida de muchos. Que cada individuo sienta una necesidad intrínseca de ayudar y aceptar a aquellos que le son diferentes por raza, religión, cultura o discapacidad. Solo así la vida tendrá sentido para todos.

Queremos un cosmos sano, pleno de vitalidad, en donde las enfermedades y la muerte encuentren en la inmunología cognitiva una nueva forma de autoorganización de la existencia. Educar desde la inmortalidad, requiere de un cambio de percepción de nuestro cuerpo, de nuestro pensamiento, de nuestras emociones y de nuestro proceso de envejecimiento. Es concebir la vida como un aprendizaje permanente, y a la vez placentero, sin la preocupación por las enfermedades y la muerte, sino por la ocupación en actividades sanas y recreativas que colmen nuestra estancia en este plano.

Queremos un universo en el que sus habitantes disfruten de los tiempos en armonía. Que el tiempo cronos, pueda interrelacionarse con el tiempo kairos, sin angustias, sin carreras, sin controles exagerados que nos produzcan malestar y pérdida de la salud.

Queremos que el balance de estos tiempos sea positivo para todos y que se entienda que la conjunción de estos tiempos puede traer beneficios, al disfrutar más de la vida, y al hacer todas aquellas cosas que siempre hemos querido hacer y que, “por falta de tiempo”, las hemos pospuesto.


BIBLIOGRAFÍA
Assmann, H. (2002) Placer y ternura en le educación. Hacia una sociedad aprendiente. Narcea S.A. Madrid
Capra, F. (1996) La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los sistemas vivos. Anagrama. Barcelona
Maturana, H. (2002) Transformación en la convivencia. Dolmen. Santiago de Chile
Varela, F. (2002) El fenómeno de la vida. Dolmen. Santiago de Chile

3 comentarios:

Oscar dijo...

Saludos de la 10ma Generación en Costa Rica

Humberto Almeida Eljuri dijo...

estimado chiflado maz soto. es un orgullo para nosotros haber cursado y completado este doctorado de la tercera cultura para seguir abriendo nuevos caminos desde la mirada del paradigma emergente.

gracias por tomar de su tiempo para escribirnos y, mejor aún, para dedicarlo a su formación en este estupendo mundo rizomático y autopoiético...

saludos desde la República Bolivariana de Venezuela.

Dr. Humberto Almeida Eljuri

Humberto Almeida Eljuri dijo...

estimado max, pido disculpas por el nombre mal escrito....

¡éxito en el doctorado! y si requiere alguna lectura o comentarios a sus chifladuras, estamos a la orden...